Saneamiento y tuberías: ¿por qué un contrato de mantenimiento?
Prevenir antes que lamentar, esa es la razón de ser de un contrato de mantenimiento de redes de saneamiento.
Seguro que, como la mayoría de la gente, solo te acuerdas de los fontaneros cuando tienes un problema y necesitas llevar a cabo algún tipo de acción correctiva para solucionarlo. Sin embargo, como ocurre en el tema de la salud personal, para la de nuestras tuberías y sanitarios la prevención es lo más importante.
En realidad, cualquier instalación de fontanería tiene una vida útil muy prolongada, sobre todo si ha sido realizada por profesionales en condiciones óptimas y, muy especialmente, si se llevan a cabo las necesarias labores de mantenimiento preventivo de tuberías y saneamientos.
La importancia de contar con un contrato de mantenimiento
La mayoría de los problemas que te puedes encontrar en tu red de tuberías o saneamientos son, inicialmente, pequeños. Son el paso del tiempo, la falta de identificación del fallo y el mal uso continuado que genera dicho error los que convierten un aspecto de poca monta en un auténtico problemón de consecuencias imprevisibles. Pero una revisión periódica de las instalaciones por parte de fontaneros especializados nos ayuda a detectar estos fallos en sus inicios, cuando son de arreglo fácil y económico.
En el caso de instalaciones públicas, como es el caso de polígonos industriales, grandes empresas o edificios institucionales con mucho tráfico de visitantes, resulta una gran ventaja disponer de un contrato de mantenimiento que permita anticiparse a estos problemas y solucionarlos antes de que impidan el correcto uso de la instalación.
Incluso en el caso de las comunidades de vecinos, la seguridad y la tranquilidad que transmite no estar expuestos a este tipo de imprevistos hacen especialmente recomendables estos servicios.
Desde un punto de vista económico, contratar un servicio de mantenimiento de redes de saneamiento anual resulta, casi siempre, más barato. Se trata de un coste razonable que seguro que amortizas a lo largo del año gracias a la eliminación casi total de las reparaciones, que ya sabemos que son más caras.
Además de contar durante todo el año con la fiabilidad de unos sistemas revisados y optimizados —y precisamente por ello—, los problemas más graves desaparecen de nuestras instalaciones, lo que se convierte en un gran ahorro inmediato.
Por otra parte, mantener las instalaciones en un estado óptimo año tras año es una clara inversión, porque prolonga la vida útil de todas ellas y retrasa considerablemente la necesidad de su renovación o sustitución. En consecuencia, la firma de un contrato de mantenimiento preventivo de tuberías y redes de saneamiento resulta rentable, práctica y extremadamente fiable.
Porque, como ya hemos dicho, la tranquilidad que te da adoptar este tipo de medida, la seguridad de que las instalaciones no van a darte sustos inesperados ni a tenderte emboscadas en los momentos menos apropiados, se acompaña de una rentabilidad económica demostrable de la que tú, también, puedes beneficiarte.
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